¿Cómo se realiza el tratamiento?
En el tratamiento clásico con ventosas se emplea un algodón empapado con alcohol para producir el vacío. Una vez encendido se introduce el algodón en el interior de la ventosa y se va girando la ventosa para evitar que se caliente el cristal en exceso por un solo lugar y así no quemar al paciente.
Una vez que la ventosa está caliente se aplica de forma rápida sobre la piel del paciente en el punto seleccionado, la combustión del oxígeno crea un vacío de aire en el interior de la ventosa que al colocarla sobre la piel hace que se pegue a ella, que la succione.
Esta técnica además de ejercer el efecto de la succión es más efectiva porque el calor del fuego ayuda a que los poros de la piel se abran y así los factores patógenos se eliminen mejor.
Una vez colocada la ventosa sobre la piel se deja aproximadamente unos diez minutos, cuando la piel comienza a estar congestionada con un color violeta por la estasis provocada, se retira la ventosa de la piel sujetándola con una mano y presionando con la otra la piel de alrededor para que entre aire y se elimine el vacío.
Si la zona está muy congestionada es recomendable realizar una ventosa roja, que consiste en pichar 3 o 4 veces con una lanceta de diabético la zona para provocar un pequeño sangrado y a continuación se aplica la ventosa de nuevo de forma normal. La succión de la ventosa va a provocar un micro sangrado en la zona descongestionándola y reduciendo el dolor de la zona. Este método se emplea mucho para eliminar toxicidad acumulada en el cuerpo después de tratamientos con medicamento durante largos periodos de tiempo.
Tipos de ventosas
En la actualidad existen una gran variedad de ventosas, las modernas son de plástico con bomba de aspiración, o bien magnéticas o con pera de goma, son muy prácticas, pero las tradicionales son más efectivas ya que el calor ayuda además a la apertura de los poros de la piel. Son de cerámica o arcilla, pero las más utilizadas son las siguientes:
Ventosa de cristal:
Son pequeños cuencos de cristal con la boca de la ventosa pequeña pero el cuerpo es ancho y transparente para poder ver si el tejido sobre el que está aplicada la ventosa se congestiona en exceso. Son las clásicas empleadas en China.
Ventosa de bambú:
Se secciona un tronco de bambú de 3-5 cm. de diámetro y 6-8 u 8-10 cm. de longitud formando un cilindro. Uno de los extremos se utiliza como fondo y el otro como abertura. La ventaja que tiene este tipo de ventosas es su ligereza y se emplean sobre todo en artrosis y artritis ya que el bambú tiene la propiedad de extraer más humedad que el resto de los tipos de ventosas.
Ventosas con pera:
las tenemos disponibles en diferentes diámetros y materiales, cristal y plástico, y se emplean para realizar la técnica de ventosa de paseo en la que se aplica una crema o aceite en la espalda y se desliza la ventosa por toda ella soltando y descontracturando toda la musculatura, aunque también pueden utilizarse de manera convencional y dejarlas fijas en los puntos seleccionados para el tratamiento.
Ventosas con bomba de aspiración:
Son habitualmente de plástico y en la parte superior disponen de una boquilla donde se acopla la bomba de aspiración para realizar el vacío. Son muy practicas porque se controla muy bien la cantidad de succión realizada de una forma muy sencilla y no existe la posibilidad de quemar al paciente.
Ventosas de silicona:
se utilizan para realizar la ventosa flash en la que las ventosas de aplican y se retiran de forma rápida y seguida, descongestionando la zona en la que se aplican. Estas son muy agradables para el paciente.
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